Cómo la inteligencia artificial reduce el consumo de energía en los edificios comerciales
Cómo la inteligencia artificial reduce el consumo de energía en edificios comerciales.
Hasta el 30% del consumo energético de los edificios comerciales se desperdicia. Pero la inteligencia artificial ha facilitado la identificación del derroche energético y la determinación de sus causas.
El consumo de energía de los edificios comerciales es el principal responsable del cambio climático en todo el mundo. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la eficiencia energética es el factor que más contribuye a reducir nuestras emisiones de CO2 para cumplir nuestros objetivos climáticos en 2030 y 2050.
Sólo hay un problema: cada edificio es único. Por eso, para ahorrar energía hay que hacer una auditoría física. Esto no solo es caro y lleva mucho tiempo, sino que además la instantánea no capta necesariamente el consumo fuera de horario, lo cual es un gran problema en sí mismo.
Más rápido que los métodos manuales: el uso de la IA para identificar el ahorro energético.
Pero las auditorías físicas de edificios y los cálculos sobre ahorros teóricos de energía deberían ser cosa del pasado. Los avances tecnológicos, como los contadores de energía de lectura a distancia y la inteligencia artificial, nos permiten digitalizar y automatizar muchas partes del proceso de optimización energética.
Necesitamos utilizar estas nuevas herramientas si queremos alcanzar nuestro objetivo de una transición ecológica en el sector de la construcción. Al igual que una IA puede aprender a conducir un coche, la tecnología también puede entrenarse para identificar y documentar el ahorro energético en edificios comerciales. Para los propietarios de edificios, los resultados añaden valor rápidamente, por ejemplo eliminando el derroche de energía.
La inteligencia artificial no pretende sustituir a los profesionales. Está pensada para ayudarles a identificar ahorros energéticos que de otro modo pasarían desapercibidos o tardarían mucho tiempo en identificarse con el método anticuado. Con la digitalización, el ahorro energético puede identificarse mejor y priorizarse. De este modo, se puede actuar allí donde el impacto es mayor.
Identificar el derroche energético es el primer paso para reducir las emisiones de CO2.
Muchos particulares conocen ya el problema del despilfarro de alimentos. Del mismo modo, podemos hablar de energía desperdiciada: kilovatios hora producidos y distribuidos pero que no sirven para nada al usuario final. En los edificios comerciales, el derroche de energía es un problema enorme. Sin embargo, no se habla mucho de él porque históricamente ha sido difícil identificarlo.
Por ejemplo, el control de los sistemas de ventilación suele fallar. ¿Se apagan realmente cuando se marcha el último empleado? Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial, que puede identificar irregularidades en el consumo mucho más rápido y mejor que los humanos.
La automatización de edificios suele ser tan ineficiente que un estudio de la universidad estadounidense UC Berkeley calcula que se desperdicia entre el 10% y el 30% de todo el consumo energético de los edificios comerciales. Los resultados estadounidenses son muy similares a los obtenidos al examinar el consumo energético de los edificios daneses. Por ejemplo, investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) también han descubierto grandes ahorros en inmuebles daneses con inteligencia artificial.
El banco danés Arbejdernes Landsbank es uno de los muchos propietarios de edificios que utilizan IA.
Sin embargo, el ahorro energético y la reducción de CO2 sólo se consiguen cuando los análisis se traducen en acciones. Así que los gestores energéticos y operativos deben tomar el relevo en este punto. Dependiendo de los recursos internos y las competencias del propietario del edificio, la parte de implementación puede realizarse en colaboración con asesores o técnicos energéticos. Con el consentimiento del propietario del edificio, éstos también pueden utilizar la herramienta.
Arbejdernes Landsbank es una de las empresas danesas que utilizan la inteligencia artificial para reducir el consumo. En este caso, la herramienta -en colaboración con personal operativo especializado- ha reducido el consumo eléctrico en algo más del 16 % en toda la cartera de edificios.
El ahorro energético puede documentarse automáticamente.
Gracias al profundo conocimiento del consumo energético que proporciona la IA, el ahorro de energía también puede documentarse automáticamente. Al igual que la "anticuada" corrección de grados-día a nivel mensual, la inteligencia artificial tiene en cuenta automáticamente 15 variables diferentes cada hora. Por ejemplo, comprende el impacto del clima, las vacaciones y el efecto del bloqueo por coronavirus en el edificio.
La solución basada en IA de Ento se utiliza actualmente en edificios comerciales como oficinas, bancos, cadenas de tiendas y edificios públicos como guarderías, residencias de ancianos y escuelas primarias. Los propietarios de edificios no necesitan ningún hardware nuevo para empezar a utilizar la herramienta.
Aunque la mayoría de los propietarios de edificios creen que controlan bien su consumo de energía, la inteligencia artificial aún no ha "conocido" a ningún propietario cuyo consumo energético no pueda mejorarse.